Se puede estar de acuerdo o no, pero no hay duda de que el técnico chileno ha decidido tirarse a la piscina sin saber si tenía agua. Tiene la suerte de que no estamos en Inglaterra y de que, al fin y al cabo, las palabras (no los siete goles) se las lleva el viento. Porque en la Premier con toda seguridad hubiera sido sancionado, ya que cualquier actitud que atente contra la ética del deporte o cualquier atisbo de que se pueda adulterar la competición está claramente castigado.
“El partido no nos afecta para nada” o “No vinimos a disputar los puntos” fueron las perlas que salieron de la boca del entrenador malaguista. Posiblemente estemos acostumbrados a que las ruedas de prensa, a excepción de las de Mourinho, sean una batería de tópicos y declaraciones sin contenido, aunque siguen siendo más interesantes que las entrevistas a pie de campo. “¿Partido difícil?”. “Bueno sí, pero lo importante son los tres puntos”. Cuestión que pone en duda Pellegrini.
No sé cómo se lo habrán tomado los aficionados del Málaga, pero lo normal es querer que tu equipo compita y que se deje la vida, aún más si cabe, frente a los equipos grandes. Porque la lucha cuerpo a cuerpo es lo que hace grande a un club. Sin duda, el encuentro frente a los blancos fue un "trámite" entre el Almería y el Osasuna, e indudablemente el objetivo es evitar el descenso, lo que deja dentro de la lógica perder tres puntos frente a los de Mourinho. Sin embargo, a los que estamos escandalizados no sé si lo estamos más porque el Málaga tirará el partido o porque Pellegrini lo dijera. Porque seamos sinceros, ¿sólo lo ha hecho el Málaga?
Otra cuestión es el doble rasero de Mourinho, pareciéndole correcto lo que hace y dice su colega Pellegrini y criticando duramente al entrenador del Sporting por hacer lo mismo que el chileno. Eso sí, la diferencia está en que Manuel Preciado mantuvo el tipo en el Camp Nou y el equipo de la Costa del Sol se llevó seis tantos más.
En conclusión, es formidable la entereza de Pellegrini para decir lo que piensa, lo que no tiene que ver con estar de acuerdo con el contenido, todo un despropósito que debería no volver a cometer, no ante los micrófonos, sino en el vestuario y en el terreno de juego, porque no olvidemos que los que juegan son los jugadores. El mensaje que les manda su míster es totalmente realista, pero también nada motivador para un equipo que tiene que creerse que puede mantenerse en Primera y ganar a quien sea.
Todos los partidos empiezan desde cero y no hay que dar nada por perdido. Una reflexión que trae a colación una frase rebosante de razón: “Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdido”.