A pesar de que en nuestro país ya se ha desatado la locura Potter un año más con el estreno de la sexta entrega del mago más famoso del mundo después del gran Houdini; en el mundo del fútbol, y sobre todo al otro lado del charco, lo que se llevan son las brujas. El pasado miércoles Estudiantes de la Plata se hacía con la Copa Libertadores 2009 después de derrotar en el Mineirao al Cruzeiro por 2-1 (0-0 en la ida en La Plata).
Juan Sebastián Verón, la brujita de Estudiantes, fue el líder absoluto de su equipo y guió a los suyos hacia la conquista de un sueño muy personal que también era el de todos: ganar la Copa Libertadores.
Después del empate a cero de la ida en La Plata, Estudiantes viajó a Belo Horizonte, territorio del Cruzeiro donde el conjunto minero siempre es favorito. Allí les tocó sufrir a los argentinos, al menos tanto como en la ida, en la que Kléber desaprovechó una oportunidad clamorosa al final del encuentro. En su estadio, Cruzeiro es un equipo fuerte y seguro de sí mismo, y a veces casi invulnerable. Los de Belo Horizonte se adelantaron en el marcador con un tanto de Henrique en el minuto 51 que hacía presagiar una victoria brasileña.
Sin embargo, la garra argentina, la ilusión por conquistar el título y la dirección de un gran Verón, hicieron que el Pincha se mantuviese firme y nunca se diera por vencido.
Estudiantes consiguió el empate por medio de la Gata Fernández, que estuvo pillo y atento para introducir el balón en la portería del Cruzeiro tras un mal despeje de la defensa.
A partir de entonces intervino la figura del técnico de Estudiantes, Alejandro Sabella, que ya fue jugador del Pincha y que puso su granito de arena en la victoria de Estudiantes cuando hizo a sus jugadores achicar la cancha e introdujo un marcaje especial tanto a Kléber como al fichaje del Benfica Ramires, las dos estrellas del conjunto brasileño.
La estrategia elaborada por el técnico estudiantil resultó y el control del partido pasó a las botas de uno de los grandes protagonistas de la final, Juan Sebastián Verón.
La conquista de la Copa Libertadores era más que un título para “la bruja chica”, que había visto a su padre, un tremendo delantero apodado La Bruja Verón, hacerse con el título en 1970 y ser figura con la elástica de Estudiantes.
Para la brujita Verón, que ya había triunfado en Europa, llegar a Estudiantes le produjo un placer especial. Su objetivo desde el principio era ser campeón de todo, pero la realidad acortó los plazos que él mismo había previsto. En poco tiempo fue campeón de Argentina, y en la Libertadores, la conquista del título le hacía especial ilusión, ya que con ella la familia Verón entraría por completo en el Olimpo de la historia estudiantil.
Así pues, el once de Estudiantes tomó el mando del equipo y se erigió figura con la única meta del triunfo final, y a medida que pasó la noche, todos se dieron cuenta de que aquella noche era de él. Se consolidó cuando botó un corner desde la derecha, le puso el balón a Boselli, y este gritó el gol de la remontada para Estudiantes. Mención aparte merece el delantero del Pincha, que ha realizado una magnífica Copa Libertadores muy bien secundado en ataque por la Gata Fernández, y es una de las claves del triunfo final.
Juan Sebastián Verón, la brujita de Estudiantes, fue el líder absoluto de su equipo y guió a los suyos hacia la conquista de un sueño muy personal que también era el de todos: ganar la Copa Libertadores.
Después del empate a cero de la ida en La Plata, Estudiantes viajó a Belo Horizonte, territorio del Cruzeiro donde el conjunto minero siempre es favorito. Allí les tocó sufrir a los argentinos, al menos tanto como en la ida, en la que Kléber desaprovechó una oportunidad clamorosa al final del encuentro. En su estadio, Cruzeiro es un equipo fuerte y seguro de sí mismo, y a veces casi invulnerable. Los de Belo Horizonte se adelantaron en el marcador con un tanto de Henrique en el minuto 51 que hacía presagiar una victoria brasileña.
Sin embargo, la garra argentina, la ilusión por conquistar el título y la dirección de un gran Verón, hicieron que el Pincha se mantuviese firme y nunca se diera por vencido.
Estudiantes consiguió el empate por medio de la Gata Fernández, que estuvo pillo y atento para introducir el balón en la portería del Cruzeiro tras un mal despeje de la defensa.
A partir de entonces intervino la figura del técnico de Estudiantes, Alejandro Sabella, que ya fue jugador del Pincha y que puso su granito de arena en la victoria de Estudiantes cuando hizo a sus jugadores achicar la cancha e introdujo un marcaje especial tanto a Kléber como al fichaje del Benfica Ramires, las dos estrellas del conjunto brasileño.
La estrategia elaborada por el técnico estudiantil resultó y el control del partido pasó a las botas de uno de los grandes protagonistas de la final, Juan Sebastián Verón.
La conquista de la Copa Libertadores era más que un título para “la bruja chica”, que había visto a su padre, un tremendo delantero apodado La Bruja Verón, hacerse con el título en 1970 y ser figura con la elástica de Estudiantes.
Para la brujita Verón, que ya había triunfado en Europa, llegar a Estudiantes le produjo un placer especial. Su objetivo desde el principio era ser campeón de todo, pero la realidad acortó los plazos que él mismo había previsto. En poco tiempo fue campeón de Argentina, y en la Libertadores, la conquista del título le hacía especial ilusión, ya que con ella la familia Verón entraría por completo en el Olimpo de la historia estudiantil.
Así pues, el once de Estudiantes tomó el mando del equipo y se erigió figura con la única meta del triunfo final, y a medida que pasó la noche, todos se dieron cuenta de que aquella noche era de él. Se consolidó cuando botó un corner desde la derecha, le puso el balón a Boselli, y este gritó el gol de la remontada para Estudiantes. Mención aparte merece el delantero del Pincha, que ha realizado una magnífica Copa Libertadores muy bien secundado en ataque por la Gata Fernández, y es una de las claves del triunfo final.
Su tanto provocó la alegría en los desplazados a Belo Horizonte y el delirio en La Plata. Con ese resultado terminó el partido y Estudiantes fue campeón. A partir de entonces llegó la fiesta de Estudiantes y la Brujita Verón cerró el círculo, con lágrimas en los ojos levantó la Copa con tanto entusiasmo que casi se le viene encima. Así se consiguió el sueño del Pincha, que por juego lo ha merecido, y se consumó la noche de Brujas de Verón, que será historia en Estudiantes como lo fue su papá.
Verón fue el primero en regresar al fútbol argentino cuando estaba en lo más alto , los que le veían en decadencia se estarán arrepentiendo . Me alegro que ganara Estudiantes por la brujita .
ResponderEliminarUn saludo
Felicidades a Estudiantes. Saludos.
ResponderEliminarwww.migustoparticular.blogspot.com
futbol y carácter, bien por estudiantes que dio vuelta el partido el partido en brasil y se trajo la copa. y bien por verón, que dio cátedra otra vez y demostró cómo se juegan las finales
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