Dejábamos la anterior entrada con el Mundial de Estados Unidos, del que salieron como grandes triunfadores los brasileños, y recordábamos el hundimiento del Barça de Cruyff en Atenas. Pues bien, ese fue el inicio de una caída sin fondo, que continuó al año siguiente, en la temporada 94/95. El Real Madrid ganaba la Liga, y rompía el último gran ciclo ganador que ha habido en nuestra liga, el de las cuatro ligas ganadas por el conocido como Dream Team.
El equipo culé se resquebrajó de mala manera. Stoichkov y Romario, que venían de ser las estrellas del Mundial, nunca fueron capaces de alcanzar su mejor rendimiento. De hecho, el brasileño fue traspasado antes del final de la temporada, entre otras cosas por sus problemas con el entrenador. Además, salvo Abelardo, los fichajes no fueron nada útiles (Arpón, Escaich, Eskurza, Jordi Cruyff, J.Mari, Lopetegui, Roger, Sanchez Jara, G.Hagi, Korneiev).
A eso hay que sumar que el principal fichaje del Real Madrid fue Michael Laudrup, denostado por Johan Cruyff, que le dejó irse gratis. Pero el gran acierto de la directiva madridista fue la del fichaje del entrenador: Jorge Valdano. El actual jefe merengue, que venía de ayudar al Barça a ganar varios títulos por las victorias del Tenerife al Madrid, llevó al Bernabéu uno de los mejores juegos que han visto en mucho tiempo.
También hubo otros fichajes importantes, como Redondo, que venía desde Tenerife de la mano de Valdano, o Amavisca, que llegaba como presumible descarte, pero que se acabó convirtiendo en una pieza muy importante en el equipo. Pero la llegada más importante, la que de verdad marcó la historia del Real Madrid, fue la de un canterano: Raúl González Blanco. Con 17 años Valdano le dio toda la confianza.
El joven atacante se destapó con 9 goles en Liga a pesar de su edad, siendo muy importante en muchos de los partidos, y formando una gran pareja con el pichichi de aquel año, el chileno Iván Zamorano. El canterano dio una asistencia a Amavisca en su primer partido en Primera, ante el Zaragoza, y falló numerosas ocasiones del gol, pero en el segundo, ante el Atlético de Madrid, provocó un penalti, marcó un gol y dio una asistencia, iniciando su carrera de leyenda.
El clímax aquella temporada lo alcanzaron en el gran clásico ante el Barcelona, al que le endosaron un doloroso 5 a 0, con una exhibición de los Zamorano, Raúl, Amavisca... y que sentenciaba una Liga en la que los azulgrana estuvieron a punto de no clasificarse para disputar competiciones europeas.
Al finalizar la temporada se disputó la final de la Copa del Rey, una de las más convulsas que se recuerdan. Entre un auténtico diluvio, el Valencia y el Deportivo de la Coruña iniciaban la final el 24 de junio en el Bernabéu, pero las condiciones meteorológicas provocaron que se suspendiese a falta de unos minutos para el final, con empate a uno en el marcador. En la reanudación, tres días después, un gol de Alfredo al minuto de juego sentenció la eliminatoria, provocando que los gallegos lograsen su primer título de la historia tras varios años haciendo muy bien los deberes. Además, suponía la consagración de los Fran, Liaño, Bebeto o Mauro Silva, algunos de los cuales aún participarían en éxitos futuros.
Y mientras en España Valdano llevaba al Madrid a la gloria, Europa conocía a uno de los mejores equipos de la historia: el Ajax de Amsterdam comandado por Louis Van Gaal. Tras ganar la Liga holandesa con varios jugadores desconocidos, iniciaron el asalto a la Champions, y esos mismos jugadores se convirtieron en estrellas. A los canteranos Van Der Sar, Seedorf, Davids, los hermanos De Boer (quién no conoce ahora a alguno de éstos), se sumaron veteranos como Rijkaard, que disputó allí su última temporada como profesional, o el central y capitán Danny Blind.
Y todos dirigidos con maestría por Van Gaal, uno de los mejores entrenadores de la historia, aunque en España nunca haya alcanzado reconocimiento por sus malos modos y su cabezonería, así como sus ganas de trabajar, que no casaban con la cultura española. Con el clásico 4-3-3 holandés, adoptado por el Barça desde la llegada de Cruyff, logró encajar sólo dos goles en la fase de grupos, para después humillar al Bayern de Munich con un 5-2.
Pero el camino no había acabado, ya que en la final se enfrentaría al Milan, que venía de ser campeón de Europa. Pero los italianos conocieron la maldición de la Champions, que dice que un campeón nunca ha repetido. Los holandeses, con un gran portero y una defensa muy seria lograron mantener su puerta a cero, y un jovencísimo Patrick Kluivert, de 17 años, marcaba el gol decisivo saliendo desde el banquillo, dándole el título a los pupilos de Van Gaal.
En aquella ocasión, en el partido más importante de su vida, Van Gaal apostó por: Van Der Sar, de tan sólo 24 años y uno de los mejores porteros de la historia (con casi 40 años sigue siendo indiscutible en el Manchester United); Reiziguer (22 años), Rijkaard y Blind, que eran los dos veteranos, y Frank de Boer (25) en defensa; Seedorf (18), Davids (22) y Litmanen (24), el líder ofensivo, en mediocampo; y Ronald de Boer (25), Finidi y Overmars (21) en ataque. Desde el banquillo salieron los adolescentes Kluivert (17) y Kanu (18), demostrando que es más importante la calidad que la edad.
El equipo culé se resquebrajó de mala manera. Stoichkov y Romario, que venían de ser las estrellas del Mundial, nunca fueron capaces de alcanzar su mejor rendimiento. De hecho, el brasileño fue traspasado antes del final de la temporada, entre otras cosas por sus problemas con el entrenador. Además, salvo Abelardo, los fichajes no fueron nada útiles (Arpón, Escaich, Eskurza, Jordi Cruyff, J.Mari, Lopetegui, Roger, Sanchez Jara, G.Hagi, Korneiev).
A eso hay que sumar que el principal fichaje del Real Madrid fue Michael Laudrup, denostado por Johan Cruyff, que le dejó irse gratis. Pero el gran acierto de la directiva madridista fue la del fichaje del entrenador: Jorge Valdano. El actual jefe merengue, que venía de ayudar al Barça a ganar varios títulos por las victorias del Tenerife al Madrid, llevó al Bernabéu uno de los mejores juegos que han visto en mucho tiempo.
También hubo otros fichajes importantes, como Redondo, que venía desde Tenerife de la mano de Valdano, o Amavisca, que llegaba como presumible descarte, pero que se acabó convirtiendo en una pieza muy importante en el equipo. Pero la llegada más importante, la que de verdad marcó la historia del Real Madrid, fue la de un canterano: Raúl González Blanco. Con 17 años Valdano le dio toda la confianza.
El joven atacante se destapó con 9 goles en Liga a pesar de su edad, siendo muy importante en muchos de los partidos, y formando una gran pareja con el pichichi de aquel año, el chileno Iván Zamorano. El canterano dio una asistencia a Amavisca en su primer partido en Primera, ante el Zaragoza, y falló numerosas ocasiones del gol, pero en el segundo, ante el Atlético de Madrid, provocó un penalti, marcó un gol y dio una asistencia, iniciando su carrera de leyenda.
El clímax aquella temporada lo alcanzaron en el gran clásico ante el Barcelona, al que le endosaron un doloroso 5 a 0, con una exhibición de los Zamorano, Raúl, Amavisca... y que sentenciaba una Liga en la que los azulgrana estuvieron a punto de no clasificarse para disputar competiciones europeas.
Al finalizar la temporada se disputó la final de la Copa del Rey, una de las más convulsas que se recuerdan. Entre un auténtico diluvio, el Valencia y el Deportivo de la Coruña iniciaban la final el 24 de junio en el Bernabéu, pero las condiciones meteorológicas provocaron que se suspendiese a falta de unos minutos para el final, con empate a uno en el marcador. En la reanudación, tres días después, un gol de Alfredo al minuto de juego sentenció la eliminatoria, provocando que los gallegos lograsen su primer título de la historia tras varios años haciendo muy bien los deberes. Además, suponía la consagración de los Fran, Liaño, Bebeto o Mauro Silva, algunos de los cuales aún participarían en éxitos futuros.
Y mientras en España Valdano llevaba al Madrid a la gloria, Europa conocía a uno de los mejores equipos de la historia: el Ajax de Amsterdam comandado por Louis Van Gaal. Tras ganar la Liga holandesa con varios jugadores desconocidos, iniciaron el asalto a la Champions, y esos mismos jugadores se convirtieron en estrellas. A los canteranos Van Der Sar, Seedorf, Davids, los hermanos De Boer (quién no conoce ahora a alguno de éstos), se sumaron veteranos como Rijkaard, que disputó allí su última temporada como profesional, o el central y capitán Danny Blind.
Y todos dirigidos con maestría por Van Gaal, uno de los mejores entrenadores de la historia, aunque en España nunca haya alcanzado reconocimiento por sus malos modos y su cabezonería, así como sus ganas de trabajar, que no casaban con la cultura española. Con el clásico 4-3-3 holandés, adoptado por el Barça desde la llegada de Cruyff, logró encajar sólo dos goles en la fase de grupos, para después humillar al Bayern de Munich con un 5-2.
Pero el camino no había acabado, ya que en la final se enfrentaría al Milan, que venía de ser campeón de Europa. Pero los italianos conocieron la maldición de la Champions, que dice que un campeón nunca ha repetido. Los holandeses, con un gran portero y una defensa muy seria lograron mantener su puerta a cero, y un jovencísimo Patrick Kluivert, de 17 años, marcaba el gol decisivo saliendo desde el banquillo, dándole el título a los pupilos de Van Gaal.
En aquella ocasión, en el partido más importante de su vida, Van Gaal apostó por: Van Der Sar, de tan sólo 24 años y uno de los mejores porteros de la historia (con casi 40 años sigue siendo indiscutible en el Manchester United); Reiziguer (22 años), Rijkaard y Blind, que eran los dos veteranos, y Frank de Boer (25) en defensa; Seedorf (18), Davids (22) y Litmanen (24), el líder ofensivo, en mediocampo; y Ronald de Boer (25), Finidi y Overmars (21) en ataque. Desde el banquillo salieron los adolescentes Kluivert (17) y Kanu (18), demostrando que es más importante la calidad que la edad.
Me quito el sombrero de nuevo por esta entrada.. me encantan estos recuerdos, en mis primeros años viendo futbol.. me acuerdo de casi todo.
ResponderEliminarSi fue curiosa esa final de Champions (donde vi por primera vez un jugador con botas blancas, Simone en el Milan)..
Ese año, hay que reconocer que el Madrid jugo muy bien, con Redondo de pivote defensivo unico.. se bastaba y se valia el solo..
Y el Atleti? sufriendo como siempre jejeje
Saludos
el Atlético paso de casi bajar a Segunda a ganar la Liga al año siguiente. Se vivió el único éxito de Valdano como técnico y el declive del Barcelona de Cruyff. Un abrazo.
ResponderEliminarIncreíble el Ajax de Van Gaal, vaya equipo de jóvenes. Seedorf con 18 años jugando la final y un montón con menos de 20 años. Bueno, e increíble Kluivert, ganando una final con ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡17 años!!!!!!!!!!
ResponderEliminarHola1
ResponderEliminarCruyff pecó de ego. Se creía la figura del equipo y llegaron los fichajes de medianías.
saludos
sílvia
Que grande era aquel Ajax de Van Gaal y que final de copa tan accidentada entre Depor y Valencia , que forma de llover . recuerdo las imágenes de los vestuarios del Bernabeu casi inundados como si fueran de ayer mismo .
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarEl Atlético será el gran protagonista de la próxima entrada sobre 'Los mejores años de nuestra vida', e importante en la siguiente. Pero de momento, bastante tenían con aguantar.
Y a Cruyff aún le quedaba un año más de sufrimiento, en el que el ego se comió el genio.
Un saludo a todos.
Buen resumen de la época, de aquella Raúl sí que jugaba bien. Un saludo.
ResponderEliminarAhí me enamoré del Ajax, equipo que siempre tendrá un hueco en mi corazón futbolístico
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