En la pasada jornada de Championship pudimos ser testigos de un gol fantasma muy peculiar. Sucedió en el partido entre el Bristol City y el Crystal Palace.
Cuando el 0-1 estaba en el marcador, un saque del portero visitante llega hasta el área contraria, donde un jugador del Crystal Palace prolonga de cabeza la trayectoria del cuero, que bota en el área y el delantero Freddie Sears supera al portero en el mano a mano. En ese momento, el esférico entró en la meta local, pero dio contra el hierro de la base de la portería y salió fuera. Mientras el delantero celebraba el tanto, el árbitro del partido, Rob Shoebridge's, invalidó el gol alegando que el balón había ido fuera y había rebotado en una valla publicitaria.
Más tarde, en los últimos instantes del partido, el Bristol consiguió el tanto de la victoria mediante el delantero Nicky Maynard provocando la cólera del entrenador del Palace, Neil Warnock, que al término del encuentro estaba muy enfadado por la jugada y cargó contra la gente del Bristol, que se había dado cuenta del fallo sin decir nada y luego volvió a reabrir el debate sobre la tecnología en el fútbol.
Estamos acostumbrados a ver goles fantasma en los que el balón bota en la línea de meta para luego salir de la portería dando lugar a discusiones en torno a si el esférico entró o no.
Esta situación es diferente, sabemos que la pelota entró, pero el árbitro del partido dijo que no lo vio, es decir, el tanto lo vieron todos menos aquél que tenía que dar el gol por válido. A efectos prácticos fue otro gol fantasma, o como ha sido denominado por la prensa inglesa, el gol que nunca fue.
Cuando el 0-1 estaba en el marcador, un saque del portero visitante llega hasta el área contraria, donde un jugador del Crystal Palace prolonga de cabeza la trayectoria del cuero, que bota en el área y el delantero Freddie Sears supera al portero en el mano a mano. En ese momento, el esférico entró en la meta local, pero dio contra el hierro de la base de la portería y salió fuera. Mientras el delantero celebraba el tanto, el árbitro del partido, Rob Shoebridge's, invalidó el gol alegando que el balón había ido fuera y había rebotado en una valla publicitaria.
Más tarde, en los últimos instantes del partido, el Bristol consiguió el tanto de la victoria mediante el delantero Nicky Maynard provocando la cólera del entrenador del Palace, Neil Warnock, que al término del encuentro estaba muy enfadado por la jugada y cargó contra la gente del Bristol, que se había dado cuenta del fallo sin decir nada y luego volvió a reabrir el debate sobre la tecnología en el fútbol.
Estamos acostumbrados a ver goles fantasma en los que el balón bota en la línea de meta para luego salir de la portería dando lugar a discusiones en torno a si el esférico entró o no.
Esta situación es diferente, sabemos que la pelota entró, pero el árbitro del partido dijo que no lo vio, es decir, el tanto lo vieron todos menos aquél que tenía que dar el gol por válido. A efectos prácticos fue otro gol fantasma, o como ha sido denominado por la prensa inglesa, el gol que nunca fue.
Realmente increíble que no dea por válido ese tanto, ni el árbitro, ni su asistente.
ResponderEliminarEstá claro que cuando se habla de usar técnología, es para el otro tipo de goles fantasmas que comentas, pero aquí también habría ayudado.
Saludos!
Menudo fallo, ese árbitro está ciego. Saludos.
ResponderEliminarwww.migustoparticular.blogspot.com
¿exactamente hacia dónde estaba mirando el árbitro en ese momento?
ResponderEliminaryo le recomendaría que se viese el capítulo "dentro y fuera" de barrio sésamo o alguno similar, porque...
un saludo
Una aficionada del inter