Era el gran favorito junto con España antes de comenzar el torneo, y a pesar de las dificultades ha acabado logrando la victoria. Un Brasil ramplón, con algunos jugadores mediocres, aunque con otros muy buenos, y con una pegada tremenda, ha vencido a Estados Unidos en una final que se le había puesto cuesta arriba. El comienzo de los norteamericanos no pudo ser mejor. A pesar de estar sufriendo ante los brasileños, que salieron a por todas, fueron capaces de ponerse dos a cero por delante, con tan sólo dos llegadas de peligro.
Atrás, Tim Howard tenía que multiplicarse para salvar las numerosas ocasiones brasileñas, pero el ir por delante en el marcador le daba alas. Todos al vestuario para descansar tras 45 intensos minutos, permitidos por el poderoso físico de ambos equipos.
Nada más salir de vestuarios, Luis Fabiano, una especie de Julio Salinas del Corcobado, lograba un importante gol, tras una gran jugada del equipo. Era el minuto 46 y por delante quedaba un mundo para los estadounidenses, que veían peligrar su victoria. Y así fue. La salida de Alves por el lateral izquierdo y Elano para reforzar el mediocampo daban el último impulso a los brasileños.
Luis Fabiano desperdiciaba un uno contra uno concedido por la defensa estadounidense, que ya no era tan férrea. Sin embargo, el acoso constante daba su fruto, y en una jugada por la izquierda del inconmensurable Kaká (nombrado mejor jugador del torneo), acababa en un centro peligrosísimo, que Robinho desperdiciaba, pero que Luis Fabiano remachaba. Empate a dos y el campo inclinado.
Estados Unidos no veía venir los golpes, y Lucio en los últimos minutos lograba el gol de la victoria a la salida de un córner. Una vez más los hombres de Dunga volvían a aprovechar su potencia en el juego de estrategia, un arte que dominan y que les puede dar grandes éxitos, mucho mayores que esta triste Copa Confederaciones.
Y es que la FIFA debería replantearse este torneo. Con muchas selecciones de relleno (ni Irak ni Nueva Zelanda tienen nivel para presentarse a competir con los mayores), el torneo se convierte en una serie de partidos sin interés, más allá de los aficionados de las respectivas selecciones. Si quieren seguir sacando euros, que se lo curren un poco más, porque este torneo veraniego así sobra.
En cuanto a Brasil, nos encontramos ante uno de los más simples y planos de la historia. Andre Santos, Ramires, Gilberto Silva, Felipe Melo o Luis Fabiano no pasarán a la historia futbolística del país, y sin embargo son titulares indiscutibles. Para los que hayan visto a Mauro Silva y Mazinho dominando el equipo, o a Romario y Ronaldo marcar goles, les sabe a muy poco. Sin embargo, su prodigioso físico, la magia de Kaká y Maicon, la seguridad de Julio César (el mejor portero que tienen desde hace mucho mucho tiempo), y su juego de estrategia le pueden servir para triunfar en un Mundial. En un año veremos.
Atrás, Tim Howard tenía que multiplicarse para salvar las numerosas ocasiones brasileñas, pero el ir por delante en el marcador le daba alas. Todos al vestuario para descansar tras 45 intensos minutos, permitidos por el poderoso físico de ambos equipos.
Nada más salir de vestuarios, Luis Fabiano, una especie de Julio Salinas del Corcobado, lograba un importante gol, tras una gran jugada del equipo. Era el minuto 46 y por delante quedaba un mundo para los estadounidenses, que veían peligrar su victoria. Y así fue. La salida de Alves por el lateral izquierdo y Elano para reforzar el mediocampo daban el último impulso a los brasileños.
Luis Fabiano desperdiciaba un uno contra uno concedido por la defensa estadounidense, que ya no era tan férrea. Sin embargo, el acoso constante daba su fruto, y en una jugada por la izquierda del inconmensurable Kaká (nombrado mejor jugador del torneo), acababa en un centro peligrosísimo, que Robinho desperdiciaba, pero que Luis Fabiano remachaba. Empate a dos y el campo inclinado.
Estados Unidos no veía venir los golpes, y Lucio en los últimos minutos lograba el gol de la victoria a la salida de un córner. Una vez más los hombres de Dunga volvían a aprovechar su potencia en el juego de estrategia, un arte que dominan y que les puede dar grandes éxitos, mucho mayores que esta triste Copa Confederaciones.
Y es que la FIFA debería replantearse este torneo. Con muchas selecciones de relleno (ni Irak ni Nueva Zelanda tienen nivel para presentarse a competir con los mayores), el torneo se convierte en una serie de partidos sin interés, más allá de los aficionados de las respectivas selecciones. Si quieren seguir sacando euros, que se lo curren un poco más, porque este torneo veraniego así sobra.
En cuanto a Brasil, nos encontramos ante uno de los más simples y planos de la historia. Andre Santos, Ramires, Gilberto Silva, Felipe Melo o Luis Fabiano no pasarán a la historia futbolística del país, y sin embargo son titulares indiscutibles. Para los que hayan visto a Mauro Silva y Mazinho dominando el equipo, o a Romario y Ronaldo marcar goles, les sabe a muy poco. Sin embargo, su prodigioso físico, la magia de Kaká y Maicon, la seguridad de Julio César (el mejor portero que tienen desde hace mucho mucho tiempo), y su juego de estrategia le pueden servir para triunfar en un Mundial. En un año veremos.
Es un Brasil bastante ramplón pero muy efectivo, para mí el principal favorito a ganar el próximo mundial.
ResponderEliminarhttp://furgodelguardameta.blogspot.com/
Felicidades a la Canarinha.
ResponderEliminarSaludos.
muito bom, javier! saludos, pp
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