Todo sea por el Mundial

España ha sido derrotada contra todo pronóstico por Estados Unidos. Sí, esa selección que era la más débil de grupo B y por la que nadie daba un duro, la selección de un país en la que el fútbol es un deporte minoritario. Pues por cosas del fútbol, y por eso este deporte es tan maravilloso, Estados Unidos se ha metido en la final de la Copa Confederaciones al derrotar a España por dos goles a cero.

España, que había logrado evitar a Brasil e Italia, se presentó en las semifinales como favorita y perdió inesperadamente después de intentar por todos los medios meter un gol a Estados Unidos, un gol que nunca llegó. Los yanquis han obrado su propio milagro y a su vez han roto la racha de 15 victorias seguidas y de 35 partidos sin perder de los españoles. Sin embargo, como dice Casillas, hay que sacar lo positivo, por eso viendo como fue el partido sólo podemos pensar que todo ha ocurrido para que dentro de un año la Roja pueda ganar el Mundial 2010, porque quien gana la Confederaciones nunca gana el Mundial.

Los norteamericanos tenían muy pocas opciones, pero dieron la sorpresa al vencer a Egipto y meterse en las semifinales. Y no les valió con eso, sino que además han sido capaces de eliminar a España. Los jugones con su toque y elegancia no han podido hacer frente a la superpotencia estadounidense, en todo menos en fútbol. Lo que parecía que iba a ser una venganza por la final de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Pekín ha acabado siendo un despropósito y un fracaso tremendo.

Se puede hablar de mil razones, ahora comenzarán esos comentarios de que Ramos lleva mal toda la temporada que además culminó con un fallo clamoroso en el segundo gol. Se dirá que por qué Del Bosque no sacó en los minutos finales a un delantero de refresco como Llorente para los balones aéreos. Se hablará del cansancio de los jugadores, de que la temporada se ha hecho larga o de que Estados Unidos no motivaba tanto. Algunos incluso señalarán que la prepotencia española o el creerse superiores han sido los motivos de la derrota.

Dos goles acabaron con las esperanzas españolas, el primero de Altidore ganándole el cuerpo a cuerpo a Capdevila, y el segundo de Dempsey tras el error de Ramos en el área pequeña. Un jugador destacó por encima del resto, fue el central Onyewu, que junto a Demerit se convirtieron en un muro infranqueable. Onyewu sacó todos los balones que centraban o chutaban los españoles hasta lograr desesperar a la Roja, que poco a poco se fue quedando sin furia mientras los yanquis seguían defendiendo con todo el equipo pero sin creerse verdaderamente que fueran a derrotar a la campeona de Europa. Howard también hizo un buen partido en la portería y desbarató una tras otra las ocasiones de los españoles. Al final se consumó el milagro y Estados Unidos celebró incrédulo la soprendente victoria.

La Copa Confederaciones puede ser un torneo menor, la gente puede quitarle importancia y decir que esta derrota no ha significado nada. Como dice Del Bosque “sólo ha sido un accidente”. Pero creo que puede ser un aviso para bajar a la tierra, no creerse invencibles (creo que eso los jugadores lo tienen claro) y pensar que pase lo que pase el partido siempre hay que jugarlo, aunque al principio el rival sea de menor entidad. Esperemos que esta derrota sirva para algo y veremos a ver qué ocurre esta tarde entre Sudáfrica y Brasil. Ya saben, en el fútbol todo es posible.