Tras la primera jornada de la Copa Confederaciones las expectativas no eran muy buenas. Los dos tremendos bodrios que nos tuvimos que tragar a costa de Suráfrica, Irak, Nueva Zelanda y España (aunque no fue por culpa de los chicos de Del Bosque), hacía presagiar que el sacacuartos creado por la FIFA iba a acabar durmiéndonos a todos. Algunas bromas de selección que participan en el torneo no daban mayores esperanzas. Y las dudas que presentaban Italia y Brasil tampoco provocaba una gran ilusión.
Pero por suerte, el lunes el fútbol tuvo el buen gusto de aparecer. Brasil y Egipto dieron un espectáculo tremendo, con fases de un fútbol de mucho nivel. Al final, fueron los buenos cabeceadores brasileños y el nuevo madridista Kaká los que acabaron decidiendo el partido, que se les puso cuesta arriba gracias a una segunda parte magnífica de los egipcios, que como explicaba mi compañero Javi Somavilla en una entrada anterior, no iban a Suráfrica de turismo.
El gran Mohamed Zidan, que cuando lo ves jugar siempre da la sensación de que su carrera podía haber llegado más lejos, y el bueno de Aboutrika volvieron loca a la débil defensa brasileña en una segunda parte espectacular. Pero Brasil es Brasil, en los torneos se crece, y no necesitó dar su mejor nivel para acabar llevándose el partido.
El segundo partido, el de Italia contra Estados Unidos, estaba marcado por muchos analistas como uno de los que podía ser importante. La temprana expulsión que sufrió el equipo americano no mermó su ánimo, y comandado por Landon Donovan se puso por delante en el marcador, acongojando a los seguidores italianos.
Y lo cierto es que los transalpinos tienen motivos de sobra para tener miedo. Con un equipo muy similar al que ganó el mundial del 2006, que ya por entonces era veterano, a los de Lippi les cuesta un mundo crear ocasiones. Los Zambrotta, Grosso, Cannavaro, Gattuso... deberían ir encontrando relevos, o la leche que se pueden pegar el próximo verano puede ser histórica. Por suerte, arriba ha aparecido Giusseppe Rossi, el delantero del Villarreal, que con dos trallazos le dio la vuelta al marcador, además de revolucionar el encuentro. Junto con su casi tocayo De Rossi fueron de lo poco salvable de los azzurros.
El próximo miércoles vuelve a Copa Confederaciones, con el grupo A, el de España, el malo. Esperemos que pase cuanto antes, que no tengamos que sufrir tanto como el domingo, y que llegue pronto la segunda jornada de los Brasil, Italia y demás.
Pero por suerte, el lunes el fútbol tuvo el buen gusto de aparecer. Brasil y Egipto dieron un espectáculo tremendo, con fases de un fútbol de mucho nivel. Al final, fueron los buenos cabeceadores brasileños y el nuevo madridista Kaká los que acabaron decidiendo el partido, que se les puso cuesta arriba gracias a una segunda parte magnífica de los egipcios, que como explicaba mi compañero Javi Somavilla en una entrada anterior, no iban a Suráfrica de turismo.
El gran Mohamed Zidan, que cuando lo ves jugar siempre da la sensación de que su carrera podía haber llegado más lejos, y el bueno de Aboutrika volvieron loca a la débil defensa brasileña en una segunda parte espectacular. Pero Brasil es Brasil, en los torneos se crece, y no necesitó dar su mejor nivel para acabar llevándose el partido.
El segundo partido, el de Italia contra Estados Unidos, estaba marcado por muchos analistas como uno de los que podía ser importante. La temprana expulsión que sufrió el equipo americano no mermó su ánimo, y comandado por Landon Donovan se puso por delante en el marcador, acongojando a los seguidores italianos.
Y lo cierto es que los transalpinos tienen motivos de sobra para tener miedo. Con un equipo muy similar al que ganó el mundial del 2006, que ya por entonces era veterano, a los de Lippi les cuesta un mundo crear ocasiones. Los Zambrotta, Grosso, Cannavaro, Gattuso... deberían ir encontrando relevos, o la leche que se pueden pegar el próximo verano puede ser histórica. Por suerte, arriba ha aparecido Giusseppe Rossi, el delantero del Villarreal, que con dos trallazos le dio la vuelta al marcador, además de revolucionar el encuentro. Junto con su casi tocayo De Rossi fueron de lo poco salvable de los azzurros.
Una pena que Egipto no se llevase el partido, porque hubo un momento en el que pareció que podía llevarselo, pero de una forma o de otra al final ese penalti declinó la balanza.
ResponderEliminarMuy gran jugador Zidan, que podría triunfar sin problemas en un Villareal, un Sevilla o un Atlético aquí en España, lástima que por ser Egipcio no tenga tanta repercusión como tienen los brasileños.
El partido de Italia no pude verlo, pero resulta curioso, que fuese un 'YANKEE' como es Rossi (estadounidense de nacimiento), quien acabase con las opciones de llevarse el partido de EE.UU.
Haber que partido nos espera hoy, probablemente otro bolo como el de Nueva Zelanda, pero tiene sus atractivos el encuentro, como ver si realmente España tiene un banquillo que pueda suplir a los titulares de forma decente.
Saludos!
http://saborverdiblanco.blogspot.com/
El relevo generacional en Italia está casi asegurado, pero falta que el seleccionador confie en mas gente joven, ya que ademas de Rossi y Santon, Italia tiene a buenos jugadores que ahora mismo están disputando el campeonato sub-21 como Dessena, Balotelli, Acquafresca, Cigarini o Giovinco.
ResponderEliminarEgipto es una gran, gran seleccion con poco nombre, y si llevar al jugador mas mediatico de todos "Mido".
Ya sabemos como hay que ganar a Brasil que atrás flojea bastante.
Un saludo
javier, a espanha vai ser a grande campeã. abs, pp
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