viernes, 9 de octubre de 2009

Una cuestión de estilo

El partido de la semana pasada entre Sevilla y Real Madrid nos ha dejado un debate sobre el juego de los merengues y un ensalzamiento del sevillista.

En el Sánchez Pizjuán los madridistas revivieron fantasmas del pasado como los goles a balón parado, las derrotas ante el Sevilla y el cuestionamiento del entrenador. Si hace unos años fue Carlos Queiroz el que recibía las críticas de los medios y los aficionados, esta vez ha sido Pellegrini quien ha acumulado todos los palos posibles a su gestión al frente del equipo.

De esta forma, ha nacido el debate sobre la posible ruptura de la dualidad liguera que se anticipaba al principio de la Liga, un campeonato bipolar que quizá sólo el Sevilla pueda romper.

Observando a cada uno de los tres equipos uno vislumbra tres estilos diferentes de juego.

El Sevilla que ganó al Real Madrid de Florentino es un equipo fuerte en el centro del campo, con dos jugadores que surten de combustible en forma de balón a los dos cohetes que tienen los sevillistas en las bandas. Poco a poco, la factoría Monchi-Orta ha logrado consolidar una plantilla que tiene a jugadores muy enchufados en cada uno de los puestos del campo, algo que les prepara para las rotaciones. Una de las grandes sorpresas ha sido Diego Perotti, un chico que ha pasado de lo más bajo del fútbol argentino a lo más alto del fútbol español en sólo un par de años, dejando a su paso una proyección espectacular que todavía continúa. Arriba, el fichaje de Negredo les ha otorgado más mordiente en ataque, pues junto a Kanouté y a un Luis Fabiano que nunca me creí, pero que siempre funciona, forma una delantera letal con muchas variantes.

Varios escalones por encima de ellos estaría el FC Barcelona, un equipo con un estilo que todos conocen. El sistema holandés ha sido una tradición en Can Barça desde la llegada de Cruyff. Con Rijkaard parecía que los blaugrana habían llegado a lo más alto, pero Guardiola los llevó al summun del fútbol. Como comentamos la pasada temporada, el Barça es un equipo que combina seguridad, seducción y un instinto asesino. Sigue con una gran defensa, pese a la baja de Milito, pues Piqué sigue creciendo y tienen tanto futuro que la no renovación de Puyol podría ser una anécdota en los próximos años. Arriba siguen siendo letales. Se fue Eto’o pero llegó Ibra, mucho menos goleador, pero más útil para gente que entra desde segunda línea como Messi , Iniesta o Superpedro, la última joya de la cantera que el otro día se ganó mi respeto contra el Almería.

Pero antes de atacar, conviene templar al rival, y el Barça en eso es todo un maestro. Su centro del campo sigue siendo pura seducción, con un toque de balón exquisito que desnuda al rival antes de que este quiera darse cuenta de que ya está perdido. Pocos han sido hasta ahora los equipos capaces de contrarrestar la medular azulgrana, de forma que la potencia mediocampista del Chelsea y el marcaje de Chico bien podrían ser candidatos al Óscar a la mejor actuación o al menos porteros de discoteca en las fiestas de Pozuelo.

La cantidad de toques que da el Barça en una jugada, aburre, dicen desde Madrid. Quizá sea la costumbre de ver el juego de los chicos de Guardiola o el afán por hacerlo todo rápido en esta vida. La comida basura sustituye a la elaborada porque no hay tiempo de cocinar, el VibroPower sustituye al tradicional gimnasio y uno adelgaza con sólo 10 minutos al día (o eso dicen) y los preliminares del gol parecen cada vez menos importantes. La verdad es que a mí los Guardiola Boys me siguen divirtiendo, y cuando pienso en aburrimiento no son ellos quienes me vienen a la mente, sino un Milan-Bari como el que vi el otro día.

En cuanto al estilo del Madrid, sigue siendo el mismo de todos los años, ninguno. Bueno sí, un embudo al que Pellegrini debe dar forma y que es el mayor drama de las plantillas de Florentino. Mucha estrella y pelotero importante que se interrumpen unos a otros al borde del área rival. El estilo del Sevilla y del Barça ya ha quedado claro en el campo. Si Pellegrini logra convertir el embudo en algo amplio como estilo de juego ya lo comentaremos. De momento, o Florentino ficha a Giorgio Armani o habrá que tirar de paciencia.

7 comentarios:

  1. Maradona fuera de la selección ya. ¿Donde está Perotti?joder es que un equipo con el chaval, con Messi, con Higuaín, con Agüero, Di María, Cambiasso, Mascherano, Tévez,... joder juega solo. Me gusta la opción del Sevilla como tercero en discordia, sino la cosa sería demasiado aburrida

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  2. Buenas,el otro día en Sevilla se demostró que los nombres de hacen un equipo,y el Sevilla con jugadores de menor nombre bailó al Madrid de los galácticos,saludos!

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  3. Yo, sinceramente, no veo al Sevilla como rival de BArça y Madrid por el título. Sí, juega muy bien, cuando quiere, pero luego se la pega contra cualquier otro equipo de la parte media, como le paso a principios de temporada. Más bien creo que tanto Sevilla, como Valencia, como otro que se apunte a la fiesta, van a ser jueces de esta liga, por los puntos que le pueden sacar, o no, en algun partido a los 2 grandes.

    Saludos

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  4. Sí, se puede estar arriba jugando de tres formas muy distintas y con tres políticas de club muy diferentes.
    Aún así, dudo que el Sevilla sea capaz de mantener este elevado ritmo.

    Adéu!

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  5. Hola Mario!
    También prefiero el "estilo Barça", por sentimientos y gusto futbolístico. De hecho, sea del equipo que se sea, ver jugar al Barça es todo un lujo para cualquier espectador.
    Saludos
    sílvia

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  6. El Sevilla pienso que no peleará el titulo de liga hasta el final. Saludos.

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  7. El Madrid de Schuster consiguió tener un estilo, pero se rompió con la actitud de Schuster tras una pésima gestión de Mijatovic ese verano. Pellegrini aún no ha encontrado el estilo en su equipo pero es que es absolutamente normal. Seguro que ese estilo no se basará en la elaboración de juego pausada del Barça sino en un juego más vertical. Con Cristiano, Kaká y Benzema el Madrid se impacientaría si jugara como lo hacen Xavi y compañía.
    El Barça no es que aburra es que cuando va ganando empieza a brillar Xavi y el rival ya ni la huele. Hasta que no va ganando no cansa al rival, Xavi no tiene tanta importancia, sino que el juego pasa por y para Messi, buscando romper más que salvaguardarse. Los rivales deben pensar eso,que deben evitar que el Barça se adelante. Y ahí es cuando deben vigilar a Messi más que a ninguno, a Alves y a Iniesta.

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