martes, 13 de julio de 2010

España en la cima del mundo

Cuando la prórroga estaba a punto de llegar a su fin, cuando la tortura de los penaltis se asomaba a la vuelta de la esquina, cuando miles de corazones estaban al borde del colapso, cuando toda la ilusión de un país estaba en juego, cuando ya todos pensaban en que Iker tendría que obrar un nuevo milagro. Fue en ese momento cuando emergió una figura, un talento, un fantástico jugador que ha hecho un Mundial excepcional. El niño de Fuentealbilla consiguió que todo un país se volviera loco. Bendita locura, bendito gol y bendito Andrés Iniesta. En el minuto 116 la explosión de júbilo inundó el planeta, millones de aficionados celebraban con bandera, bufanda o vuvuzela en mano el mayor éxito del deporte español, el mayor éxito del fútbol. Lo hemos conseguido, somos CAMPEONES DEL MUNDO.

Como español y como amante del fútbol no es muy difícil adivinar lo que significa para muchos de nosotros este triunfo, esa Copa del Mundo, ese trofeo de oro que hemos soñado con levantar desde niños. Después de recorrer largos caminos sinuosos, después de pensar que el Mundial era una utopía, después de tanta mala suerte, tantas injusticias y tantas lágrimas. Al fin, hoy podemos decir que España ha ganado un Mundial, hemos hecho historia. Nada volverá a ser como antes, nos ha cambiado la perspectiva. Se ha acabado el sufrimiento perenne, la maldición de los cuartos, el sucumbir cuando estábamos cerca de la gloria.

El domingo a las 22:57 horas en España todo cambió. A esa hora todos nos emocionamos con el gran gesto que Iniesta dedicaba a su amigo Dani Jarque. A esa hora Sudáfrica pasó a formar parte del imaginario colectivo español. A esa hora se hizo justicia, el fútbol nos hizo grandes. Un país se sintió vivo, la alegría se desató en la calles, el sueño se había cumplido y nosotros lo habíamos vivido.

Era un momento que irremediablemente tenía que llegar. El mejor equipo, el campeón de Europa, el mejor juego, el mayor talento que ha dado España no podía volver a caer en el olvido en otro Mundial. No podíamos volver a acordarnos de Sudáfrica 2010 con la tristeza de siempre. Aquel equipo que desplegó un tiqui-taca descomunal para morir en la orilla. Aquel 11 de julio donde asistimos a la final más injusta del fútbol. Aquella final donde la patada de kárate de De Jong sobre el pecho de Xabi Alonso dejó el cabezazo de Zidane en una anécdota. Aquella final donde Holanda se sintió inferior y no pudo hacer más que pegar. Aquella final en la que Howard Webb pasó a la lista negra junto al egipcio Al Ghandour. Aquella final donde Robben batió a Casillas, donde Sneijder ganó el Balón de Oro y donde Holanda alzó la Copa del Mundo al cielo de Johannesburgo.

Sin embargo, la pesadilla de una noche de verano no se cumplió. Iniesta consiguió que la noche se tornara mágica. Los holandeses nos habían dado algún susto, pero no era su momento, era el nuestro. Gritamos, saltamos y lloramos porque habíamos cumplido un sueño. Ayer la marea roja se echó a las calles de Madrid para recibir a los campeones, cientos de miles de personas ondeaban sus banderas y gritaban "¡Viva España!". Con los sentimientos a flor de piel podemos decir que aunque no sabemos qué es la felicidad, seguro que será algo muy cercano a esto.

Por los más de 700 jugadores que han vestido la camiseta de la selección. Por los 23 jugadores de La Roja que con sacrificio, esfuerzo y humildad han conseguido llegar a la cima. Porque son un equipo dentro y fuera del campo. Por todos los miembros de la selección española, y especialmente por Vicente del Bosque, que como decía ayer el humilde speaker, Pepe Reina, no tiene palabras vacías. Porque es todo un señor, un profesional que con toda tranquilidad nos ha hecho campeones del mundo. Gracias Vicente.

Por todos los que no están. Por cada gol de Villa. Por cada muro derribado. Por el cabezazo de Puyol. Por el pie derecho de Casillas. Por el gol de Iniesta. Porque estamos en el cielo. Porque nos lo merecemos. Porque el futuro es nuestro. Porque llegó la hora, porque alzamos la Copa del Mundo, porque tenemos una estrella, porque somos campeones. Por todos los que aman el deporte. Por todos los que lo han hecho posible. Gracias.



5 comentarios:

  1. Sii, es un gran logro lo que han consegudo y tambien han conseguido que toda España celebre por todo lo alto, nunca nos olvidaremos de este suceso y esos jugadores se convertiran en leyendas eternamente.

    Saludos.

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  2. No solo le debemos la victoria a Iniesta
    Menudo equipo que tenemos son los mejores!

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  3. gran equipo, son los merecidos campeones, nada para objetar contra eso, un saludo y espero que sigan festejando porque se lo merecen y lo tienen bien ganado

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  4. Que orgulloso estoy de España, y ojo al futuro que pinta muy bien.
    Saludos

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