En la edición 2004-2005 de la Champions League, el Fútbol Club Barcelona y el Chelsea fomentaron una nueva rivalidad, que se vio beneficiada por la reedición de los enfrentamientos en las siguientes dos temporadas. En total fueron seis encuentros cargados de emoción, de gran juego, de goles... y que en algunos quedaron grabados a fuego en las cabezas de los aficionados. Fue en esos enfrentamientos en los que algunos jugadores se hicieron un NOMBRE en Europa: Ronaldinho, Terry, Lampard, Deco, Drogba... hasta el mismísimo Maxi López tuvo su momento de gloria.
Todo comenzó aquel 22 de febrero del año 2005. El joven Barça de Rijkaard se enfrentaba al equipo más famoso de Europa, que se había dejado ver con los millones de Abramovich, puestos a disposición del recién llegado Mourinho para hacer un equipo a medida. Y vaya que si lo hizo. Aquella temporada el Barça estaba marcado por las bajas. Las lesiones de larga duración de Edmilson, Gabri, Larsson y Motta habían obligado a los azulgrana a recurrir al mercado de invierno en busca de refuerzos, que fueron Albertini y Maxi López.
Puede parecer vano, pero fue este último el que marcó el choque. A pesar de la constelación de estrellas presentes en aquel partido (Ronaldinho, Deco, Eto'o, Puyol, Xavi, Lampard, Terry, Drogba, Ricardo Carvalho, Cech...), fue el rubio argentino el que acaparó los flashes. El partido se puso complicado para el Barça con un gol en propia meta de Belletti, y cuando la cosa estaba muy cuesta arriba, entró en el campo Maxi López, en su puesta de largo con el equipo. Nadie daba un duro por él, pero en un balón suelto en el área braceó con Terry y marcó un gol digno de los mejores delanteros del mundo (nada más lejos de la realidad, como se descubrió después). El estadio estallaba y 'el alemán' bailaba su típica celebración.
Minutos después, un intento de tiro del mismo protagonista caía en los pies de Eto'o que fusilaba a Cech y ponía en ventaja al Barça para la vuelta. Dos semanas después, y tras el 2-1, los aficionados se sentaban ante sus televisores con la esperanza de ver un gran espectáculo, y seguro que no salieron defraudados. El 8 de marzo del 2005, un Barça que seguía acumulando bajas y victorias en la competición doméstica, salía a Stamford Bridge comandado por Gerard López en el centro del campo, una de las peores decisiones de Rijkaard en todo su paso por el Barcelona.
En media hora, y en una de los mayores demostraciones de toda la historia de cómo se debe jugar al contraataque, el Chelsea se ponía 3 a 0, ante un Barça perdido, irreconocible, y que parecía que aún podía encajar más. Pero entonces, en aquel momento, apareció el que era el mejor jugador del mundo con diferencia. Ronaldo de Assis, Ronaldinho, en una exhibición individual, marcaba dos goles, uno de ellos tremendo, que en ese momento daban el pase al Barcelona. Y todavía no se había llegado al descanso.
La segunda parte fue un duelo de ocasiones, de oportunidades, de lucha hasta la extenuación... una oda al mejor fútbol. Pero fue en el minuto 75, a la salida de un córner, y con toda la picaresca del mundo (y con una falta de Carvalho a Valdés que Pierluigi Colina no quiso pitar), como Terry decantaba el encuentro con un golazo de cabeza. El primer envite entre las dos potencias terminaba con el pase del Chelsea a semifinales (eliminado injustamente por el Liverpool), y un 4-2 para el recuerdo. .
No tendrían que esperar mucho los culés para cobrar su venganza. Exactamente, un año. En esa ocasión se trataba de los octavos de final, que deparaban un partido que perfectamente podría ser el último del torneo, pero los hados quisieron que lo disfrutáramos antes. En esta ocasión el primer partido era en Stamford Bridge, y el Barça llegaba con ganas de demostrar que en ese momento era el mejor equipo del mundo (que lo era). Y el primero que quiso demostrar su calidad fue un jovencito que se llamaba Leo Messi, que llevaba el 30 en la camiseta, que por entonces sólo apuntaba maneras, pero que puso Londres a sus pies. Amargó la noche de Del Horno (quizá aquel día acabó su carrera), y avisó de que el futuro quizá fuese suyo (pues sí).
Sin embargo, y a pesar del acoso y derribo llevado a cabo, era el Chelsea el que se adelantaba con un gol en propia meta de Motta, en una inocente falta (aunque contra aquel equipo nada era inocente). Pero el mejor fútbol no se podía quedar sin premio. Terry en propia meta y Eto'o a centro de Márquez daban la vuelta al marcador y permitían una vuelta en el Camp Nou y con ventaja. Sin embargo, aquel partido fue recordado por la actuación de Mourinho. El pícaro portugués intentó llevar el partido a su terreno, acusando al Barça de hacer teatro.
La vuelta no fue mejor para los londinenses, que, sin embargo, gozaron de numerosas oportunidades para dar la vuelta al marcador, sobre todo a balón parado, su gran especialidad. Aquel quizá no fuera el mejor partido de la historia, ni el más emocionante, pero apareció Ronaldinho para recordar que era el mejor del mundo, que podía con todos, para con otro golazo sentenciar la eliminatoria. En las postrimerías del partido Lampard ponía el empate al marcar un dudoso penalti, pero el Barcelona ya tenía la clasificación. Por cierto, en aquel partido un barbudo Oleguer amargaba la noche de Robben, maniatándolo, sujetándolo y evitando que pudiera crear peligro, en el que quizá sea el mejor partido jugado nunca por el amigo Presas.
La siguiente temporada ambos equipos volvieron a enfrentarse, pero ya no era lo mismo. Además de ser en la fase de grupos, el Barça ya había iniciado su caída, de la que sólo se recuperó con la llegada de Guardiola. Aquellos duelos estuvieron marcados en todo momento por la superioridad del Chelsea, que seguía gastando miles de millones cada año, a pesar de no obtener resultados en la máxima competición.
BONUS TRACK
Años antes, en la temporada 99-2000, el Chelsea y el Barça se enfrentaron en una eliminatoria que servía como entrante al que es el gran duelo de la Champions en el actual siglo. Aquellos equipos no tienen nada que ver con los actuales, y sólo Pep Guardiola repite, aunque ahora como entrenador. En la ida, disputada en Londres, los blues se llevaron el partido con suficiencia. Al descanso ya ganaban 3 a 0, y el Barça estaba desaparecido. Los Zola, Flo o Deschamps parecían imparables. Pero en la segunda parte parece que la charla de Van Gaal surtió efecto, y liderados por Luis Filipe Madeira Caeiro, conocido como Figo, marcaba un gol que dejaba la eliminatoria abierta.
En la vuelta, con el Camp Nou a rebosar, con un mural enorme y casi perfecto en el que se podía leer un '2-0', miles de personas eran testigo de una de las noches mágicas del estadio azulgrana. A pesar de que se decía que el Chelsea era mejor de visitante que de local, el poderío del Barça se dejó ver en todo momento. En una primera parte antológica, los azulgrana se ponían 2 a 0, por lo que el pase era suyo. Sin embargo, un error de Hesp permitía al noruego Flo poner el 2 a 1 que se lo quitaba. Pero aquel Barça era mucho Barça. Liderados de nuevo por Figo, perfectamente acompañado por los Rivaldo, Kluivert y compañía, lo dieron todo para llevarse el encuentro.
A seis minutos para el final, Daniel García Lara ponía el 3 a 1 que daba paso a la prórroga, y Rivaldo fallaba un penalti que hubiera dado el pase automático a los azulgrana. Pero el extra time no tuvo color. El portugués, también conocido como Judas en algunos lugares, provocó un penalti que Rivaldo si marcó, expulsó a Babayaro, y se ganó el premio de ser el mejor futbolista del mundo. Al final, Kluivert se unió al festival y puso el 5-1 definitivo.
En unas horas ambos equipos vuelven a enfrentarse, y a poco que se porten, los aficionados podremos disfrutar de un gran espectáculo. En esta ocasión tampoco faltan estrellas, los entrenadores siguen siendo algunos de los mejores del mundo, y en esta ocasión el ganador ya estará en la final. El duelo está servido. Que gane el mejor.
Todo comenzó aquel 22 de febrero del año 2005. El joven Barça de Rijkaard se enfrentaba al equipo más famoso de Europa, que se había dejado ver con los millones de Abramovich, puestos a disposición del recién llegado Mourinho para hacer un equipo a medida. Y vaya que si lo hizo. Aquella temporada el Barça estaba marcado por las bajas. Las lesiones de larga duración de Edmilson, Gabri, Larsson y Motta habían obligado a los azulgrana a recurrir al mercado de invierno en busca de refuerzos, que fueron Albertini y Maxi López.
Puede parecer vano, pero fue este último el que marcó el choque. A pesar de la constelación de estrellas presentes en aquel partido (Ronaldinho, Deco, Eto'o, Puyol, Xavi, Lampard, Terry, Drogba, Ricardo Carvalho, Cech...), fue el rubio argentino el que acaparó los flashes. El partido se puso complicado para el Barça con un gol en propia meta de Belletti, y cuando la cosa estaba muy cuesta arriba, entró en el campo Maxi López, en su puesta de largo con el equipo. Nadie daba un duro por él, pero en un balón suelto en el área braceó con Terry y marcó un gol digno de los mejores delanteros del mundo (nada más lejos de la realidad, como se descubrió después). El estadio estallaba y 'el alemán' bailaba su típica celebración.
Minutos después, un intento de tiro del mismo protagonista caía en los pies de Eto'o que fusilaba a Cech y ponía en ventaja al Barça para la vuelta. Dos semanas después, y tras el 2-1, los aficionados se sentaban ante sus televisores con la esperanza de ver un gran espectáculo, y seguro que no salieron defraudados. El 8 de marzo del 2005, un Barça que seguía acumulando bajas y victorias en la competición doméstica, salía a Stamford Bridge comandado por Gerard López en el centro del campo, una de las peores decisiones de Rijkaard en todo su paso por el Barcelona.
En media hora, y en una de los mayores demostraciones de toda la historia de cómo se debe jugar al contraataque, el Chelsea se ponía 3 a 0, ante un Barça perdido, irreconocible, y que parecía que aún podía encajar más. Pero entonces, en aquel momento, apareció el que era el mejor jugador del mundo con diferencia. Ronaldo de Assis, Ronaldinho, en una exhibición individual, marcaba dos goles, uno de ellos tremendo, que en ese momento daban el pase al Barcelona. Y todavía no se había llegado al descanso.
La segunda parte fue un duelo de ocasiones, de oportunidades, de lucha hasta la extenuación... una oda al mejor fútbol. Pero fue en el minuto 75, a la salida de un córner, y con toda la picaresca del mundo (y con una falta de Carvalho a Valdés que Pierluigi Colina no quiso pitar), como Terry decantaba el encuentro con un golazo de cabeza. El primer envite entre las dos potencias terminaba con el pase del Chelsea a semifinales (eliminado injustamente por el Liverpool), y un 4-2 para el recuerdo. .
No tendrían que esperar mucho los culés para cobrar su venganza. Exactamente, un año. En esa ocasión se trataba de los octavos de final, que deparaban un partido que perfectamente podría ser el último del torneo, pero los hados quisieron que lo disfrutáramos antes. En esta ocasión el primer partido era en Stamford Bridge, y el Barça llegaba con ganas de demostrar que en ese momento era el mejor equipo del mundo (que lo era). Y el primero que quiso demostrar su calidad fue un jovencito que se llamaba Leo Messi, que llevaba el 30 en la camiseta, que por entonces sólo apuntaba maneras, pero que puso Londres a sus pies. Amargó la noche de Del Horno (quizá aquel día acabó su carrera), y avisó de que el futuro quizá fuese suyo (pues sí).
Sin embargo, y a pesar del acoso y derribo llevado a cabo, era el Chelsea el que se adelantaba con un gol en propia meta de Motta, en una inocente falta (aunque contra aquel equipo nada era inocente). Pero el mejor fútbol no se podía quedar sin premio. Terry en propia meta y Eto'o a centro de Márquez daban la vuelta al marcador y permitían una vuelta en el Camp Nou y con ventaja. Sin embargo, aquel partido fue recordado por la actuación de Mourinho. El pícaro portugués intentó llevar el partido a su terreno, acusando al Barça de hacer teatro.
La vuelta no fue mejor para los londinenses, que, sin embargo, gozaron de numerosas oportunidades para dar la vuelta al marcador, sobre todo a balón parado, su gran especialidad. Aquel quizá no fuera el mejor partido de la historia, ni el más emocionante, pero apareció Ronaldinho para recordar que era el mejor del mundo, que podía con todos, para con otro golazo sentenciar la eliminatoria. En las postrimerías del partido Lampard ponía el empate al marcar un dudoso penalti, pero el Barcelona ya tenía la clasificación. Por cierto, en aquel partido un barbudo Oleguer amargaba la noche de Robben, maniatándolo, sujetándolo y evitando que pudiera crear peligro, en el que quizá sea el mejor partido jugado nunca por el amigo Presas.
La siguiente temporada ambos equipos volvieron a enfrentarse, pero ya no era lo mismo. Además de ser en la fase de grupos, el Barça ya había iniciado su caída, de la que sólo se recuperó con la llegada de Guardiola. Aquellos duelos estuvieron marcados en todo momento por la superioridad del Chelsea, que seguía gastando miles de millones cada año, a pesar de no obtener resultados en la máxima competición.
BONUS TRACK
Años antes, en la temporada 99-2000, el Chelsea y el Barça se enfrentaron en una eliminatoria que servía como entrante al que es el gran duelo de la Champions en el actual siglo. Aquellos equipos no tienen nada que ver con los actuales, y sólo Pep Guardiola repite, aunque ahora como entrenador. En la ida, disputada en Londres, los blues se llevaron el partido con suficiencia. Al descanso ya ganaban 3 a 0, y el Barça estaba desaparecido. Los Zola, Flo o Deschamps parecían imparables. Pero en la segunda parte parece que la charla de Van Gaal surtió efecto, y liderados por Luis Filipe Madeira Caeiro, conocido como Figo, marcaba un gol que dejaba la eliminatoria abierta.
En la vuelta, con el Camp Nou a rebosar, con un mural enorme y casi perfecto en el que se podía leer un '2-0', miles de personas eran testigo de una de las noches mágicas del estadio azulgrana. A pesar de que se decía que el Chelsea era mejor de visitante que de local, el poderío del Barça se dejó ver en todo momento. En una primera parte antológica, los azulgrana se ponían 2 a 0, por lo que el pase era suyo. Sin embargo, un error de Hesp permitía al noruego Flo poner el 2 a 1 que se lo quitaba. Pero aquel Barça era mucho Barça. Liderados de nuevo por Figo, perfectamente acompañado por los Rivaldo, Kluivert y compañía, lo dieron todo para llevarse el encuentro.
A seis minutos para el final, Daniel García Lara ponía el 3 a 1 que daba paso a la prórroga, y Rivaldo fallaba un penalti que hubiera dado el pase automático a los azulgrana. Pero el extra time no tuvo color. El portugués, también conocido como Judas en algunos lugares, provocó un penalti que Rivaldo si marcó, expulsó a Babayaro, y se ganó el premio de ser el mejor futbolista del mundo. Al final, Kluivert se unió al festival y puso el 5-1 definitivo.
En unas horas ambos equipos vuelven a enfrentarse, y a poco que se porten, los aficionados podremos disfrutar de un gran espectáculo. En esta ocasión tampoco faltan estrellas, los entrenadores siguen siendo algunos de los mejores del mundo, y en esta ocasión el ganador ya estará en la final. El duelo está servido. Que gane el mejor.
O Barcelona de hoje é muito melhor comparado ao de ontem. Temos tudo para ganhar, e bem, do Chelsea! Saludos, Javier! PP
ResponderEliminarHombre, clásico clásico no es... pero sí que ha generado cierta rivalidad, y espero que se acentúe de aqui a unos años.
ResponderEliminarUn saludo!
en los ultimos enfrentamientos entre barça y chelsea recuerdo que a Messi le han dado leña
ResponderEliminarPor culpa de MOU en can Barça le tenemos rabia al CHELSKI asi que hoy...¡¡A POR ELLOS!!
ResponderEliminarLA FINAL SERA ENTRE DOS INGLESES CHELSEA Y MANCESTER, EL CHELSEA NO ES MAS QUE EL BARZA PERO ESTOY CASI SEGURO QUE LOGRARA GANARLE, RUEGO POR ELLO.
ResponderEliminarY EN LA FINAL CAMBAIRE DE CAMISET Y LE IRE A MI QUERIDO MANCHESTER EL UNICO, UNE QUIPO D EFUTBOL COMPLETO!!! QUE RELAJO PARA LOS OJOS VER A MI MANCHESTER LA VERDAD...
NADA Q HACER EL ARSENAL POR MAS JUEGO BONITO Q TENGA EL MANCHESTER ES Y SERA SUPERIOR..
AMIGO TE SALUDO DESDE PERU, TE INTERESARIA UN INTERCAMBIO DE LINK (SENTIMIENTOEXTREMO.BLOGSPOT.COM) DATE UN PASO POR MI BLOG Y RESPONDEME, ESTARE ATENTO.
Buen dia
Saludos
Grandes duelos entre estos dos equipazos. Saludos
ResponderEliminarwww.migustoparticular.blogspot.com
Me has hecho revivir los mejores momentos de lso enfrentamientos entre estos equipos. Muchas Gracias y un saludo desde www.elmescule.comForza Barça
ResponderEliminarBueno, ya sólo queda hora y media para que comience el duelo. Espero que nos den un gran espectáculo.
ResponderEliminarY para mi si que es ya un clásico de Europa, un clásico moderno. Quizá no sea un Madrid-Bayern, o un Juve-Ajax, pero no tiene nada que envidiarles en lo que llevamos de siglo.
Y aunque ya no está Mou, el partido conservará su morbo, pero sin el teatro.
@El Més Culé
A mi también me gustó recordar algunos de aquellos momentos: los golazos de Ronnie, el dominio de Márquez... y hasta los negativos, como Terry o Lampard haciendo suyos los partidos.
Pues yo apostaría por una final: Barcelona-Arsenal. Esperem os que el United quede eliminado y podamos gozar de una buena final.
ResponderEliminarUn saludo.
El marcador deportivo
hola!
ResponderEliminarEs verdad. En los últimos años ha devenido en todo un clásico de la Champions.Suerte Barça!
Sílvia
Difícil dar un resultado en una eliminatoria que creo que será muy muy igualada, con un Chelsea bien plantado para poner en dificultades al Barcelona. Un saludo
ResponderEliminarhttp://deparadinha.blogspot.com
aCaba de terminar con 0-0. Todo se decidirá en Londres y por escaso margen. Un abrazo.
ResponderEliminarEstá la cosa complicada para hacer pronósticos. El Chelsea sabe jugar este tipo de partidos y ha conseguido algo que nadie ha podido hasta la fecha este año en Europa: frenar al Barça. Hiddink se las sabe todas y ha sacado un buen resultado. El Madrid seguro que tomará nota de como se defiende a los culés. Sin embargo, el resultado tampoco es malo para el Barcelona porque haciendo un gol en Stamford Bridge la cosa pintaría de azulgrana.
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