Una de las mejores noticias que dejó el partido de la selección española ante Turquía es la gran pareja de centrales que forman Albiol y Piqué. Cuando parecía que detrás de Marchena y Puyol sólo había la nada, aparecieron estos dos chavales desgarbados, que se agarraron a su oportunidad como si fuera la última. Es cierto que no son los mejores en su puesto, y que en realidad juegan por las lesiones de unos y la baja forma de otros, pero en tan sólo dos partidos juntos han demostrado que valen, y que tienen sitio en ese maravilloso equipo que forma la selección.
Albiol ya tiene más experiencia en estas lides. De hecho, formaba parte de la plantilla durante la última Eurocopa, la ganada por España, aunque su participación fue testimonial, limitándose al partido contra Grecia en el que ya no había nada en juego. Piqué, sin embargo, se ha ganado un puesto gracias a las lesiones, en especial la de su compañero Puyol, que le ha permitido entrar en el equipo titular, cuando parecía que sólo estaba con la roja para hacer bulto y foguearse un poco.
Lo mejor que tienen es su sincronización y complementación, casi perfecta. Aunque los dos son muy altos (uno roza el 1,90 y el otro lo supera), en muchos aspectos tienen poco que ver. Albiol es rápido, muy rápido, va bien al corte, es difícil de superar en el uno contra uno, y saca la pelota con criterio.
Piqué es más lento (demasiado de hecho), se le desborda con facilidad, tiene poca cintura, da la impresión de estar gordo, pero va muy bien de cabeza, tanto en defensa como en ataque (este año podría llevar media docena de goles si no fuera por los postes) y tiene un buen desplazamiento de balón en corto y en largo. Además, sale desde atrás con fuerza y calidad, al más puro estilo Lucio, lo que le permite crear superioridades en medio campo si hay dificultades para jugar.
Lo negativo es que ambos comparten un defecto que esperemos que se solucione con el tiempo, y es su concentración. El valencianista tiende a excederse en sus entradas, lo que le ha provocado algunas sanciones innecesarias. Lo de Piqué es más grave, porque sus idas de cabeza provocan errores en el juego de balón y en ocasiones pérdidas que cuestan goles (contra Inglaterra a los pocos minutos del partido estuvo a punto de ganarse la roja por una mala acción).
Pero con su juventud, sus condiciones y su capacidad para crecer, podemos estar ante una pareja de centrales para muchos años, que colaboren a formar otro gran bloque que nos de más éxitos como el conseguido el pasado verano. Mientras tanto, vamos a seguir disfrutando mientras les vemos crecer, mientras Puyol y Marchena dan los últimos coletazos.
Albiol ya tiene más experiencia en estas lides. De hecho, formaba parte de la plantilla durante la última Eurocopa, la ganada por España, aunque su participación fue testimonial, limitándose al partido contra Grecia en el que ya no había nada en juego. Piqué, sin embargo, se ha ganado un puesto gracias a las lesiones, en especial la de su compañero Puyol, que le ha permitido entrar en el equipo titular, cuando parecía que sólo estaba con la roja para hacer bulto y foguearse un poco.
Lo mejor que tienen es su sincronización y complementación, casi perfecta. Aunque los dos son muy altos (uno roza el 1,90 y el otro lo supera), en muchos aspectos tienen poco que ver. Albiol es rápido, muy rápido, va bien al corte, es difícil de superar en el uno contra uno, y saca la pelota con criterio.
Piqué es más lento (demasiado de hecho), se le desborda con facilidad, tiene poca cintura, da la impresión de estar gordo, pero va muy bien de cabeza, tanto en defensa como en ataque (este año podría llevar media docena de goles si no fuera por los postes) y tiene un buen desplazamiento de balón en corto y en largo. Además, sale desde atrás con fuerza y calidad, al más puro estilo Lucio, lo que le permite crear superioridades en medio campo si hay dificultades para jugar.
Lo negativo es que ambos comparten un defecto que esperemos que se solucione con el tiempo, y es su concentración. El valencianista tiende a excederse en sus entradas, lo que le ha provocado algunas sanciones innecesarias. Lo de Piqué es más grave, porque sus idas de cabeza provocan errores en el juego de balón y en ocasiones pérdidas que cuestan goles (contra Inglaterra a los pocos minutos del partido estuvo a punto de ganarse la roja por una mala acción).
Pero con su juventud, sus condiciones y su capacidad para crecer, podemos estar ante una pareja de centrales para muchos años, que colaboren a formar otro gran bloque que nos de más éxitos como el conseguido el pasado verano. Mientras tanto, vamos a seguir disfrutando mientras les vemos crecer, mientras Puyol y Marchena dan los últimos coletazos.
Puede ser una buena pareja, pero todavía queda rato de Puyol y luego siempre surgen nuevos jugadores cada año. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarPiqué es más técnico que Puyol pero le sustituye bastante bien. Saca con criterio la pelota y con sus remates de cabeza me recuerda a Márquez de jovencito.
Busquets será importante en el Barça (como en la selección). No abundan jugadores con potencia física, altura y técnica a la vez. Y tiene gol, como Gerard.
Canteranos y en el Barça. Empezamos a asegurar el futuro.
Saludos.
Sílvia
Los dos son unos cracks , pero lo mejor eske acaban de empezar
ResponderEliminarPorfa pasate i deja un comentario en la ultima noticia
Sentimentaronja