Soñaba el Bernabeu con una nueva victoria fácil sobre el Atlético, que les permitiera seguir recortando puntos al líder, como llevan haciendo los últimos años. Sin embargo, no contaban con la nueva mentalidad de los colchoneros, a los que les ha venido de perlas la gran remontada ante el Barça para coger moral de cara a la liga.
A todo ello, hay que sumarle el 'ataque de entrenador' de Juande Ramos, que ante la baja de Pepe en el centro de la defensa, decidió retocar todo el equipo, para beneficio del Atlético. En concreto, el manchego decidió poner a Ramos de central, quitar a Lass del medio centro para colocarlo en el lateral derecho, y dar entrada a un Guti que estuvo desaparecido todo el partido.
Desde el principio ya se vio que este no iba a ser el tradicional paseo madridista de todos los años, gracias a la demoledora pareja ofensiva del Atlético, que no dejaba de moverse y de crear peligro.
A todo ello, hay que sumarle el 'ataque de entrenador' de Juande Ramos, que ante la baja de Pepe en el centro de la defensa, decidió retocar todo el equipo, para beneficio del Atlético. En concreto, el manchego decidió poner a Ramos de central, quitar a Lass del medio centro para colocarlo en el lateral derecho, y dar entrada a un Guti que estuvo desaparecido todo el partido.
Desde el principio ya se vio que este no iba a ser el tradicional paseo madridista de todos los años, gracias a la demoledora pareja ofensiva del Atlético, que no dejaba de moverse y de crear peligro.
En el Madrid, un chupón Robben llevaba peligro en todas sus acciones, aunque desperciaba muchas más por su poca capacidad de asociación, que no le permitió dejar solo a Marcelo ante Leo Franco, que hizo un partido magnífico. La ausencia de Higuaín, al que Juande quiso dar descanso, tampoco ayudaba en la ofensiva madridista.
Y así, con el partido cerca del descanso, un córner mal sacado por el Madrid propiciaba una contra atlética perfectamente llevada por Agüero que dejaba a Forlán (Partidazo del charrúa) solo frente a Casillas, al que superaba con un engaño. El silencio llegaba a las gradas madridistas, que además, veían como el Barça resolvía fácilmente su partido.
Al poco de comenzar la segunda parte, Juande se daba cuenta de su error, e intentaba corregirlo devolviendo a Lass a su puesto en el medio centro, quitando a un enfadado Guti y a un inoperante Heinze (Temporada lamentable) para dar cabida a Michel Salgado, un autentico colador por su banda, y a Higuaín, a ver si arreglaba algo. Cuatro minutos después, el balón llegaba a un Huntelaar en fuera de juego que superaba con fuerza a Leo Franco.
A pesar del empate, el Madrid no logró hacerse con el partido, y las ocasiones continuaron llegando contra Casillas. Un tiro al palo de Forlán y varias ocasiones de Agüero llevaron el miedo a las gradas, que veían que se les iba el partido.
Sin embargo, el partido llegaba a su fin, para agradecimiento de los 'merengues' y desgracia de los colchoneros, que ven imposible vencer en el campo del máximo rival.
A este sentimiento atlético también colaboró un nefasto Fernández Borbalán, con sus igual de nefastos asistentes, que además de permitir el gol en fuera de juego del Madrid, no vio un penalty sobre Agüero por agarrón de Ramos (enseñó los arañazos que lo probaban), y señaló un fuera de juego inexistente en el minuto 94 cuando el yerno de Maradona encaraba a Casillas.
Lo bueno, dentro de lo malo del arbitraje, es que algunos directores de medios pro madridistas (Alfredo Relaño por encima de todos), tendrán que tomarse un descanso en su villarato y su liga adulterada.
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