Ayer vivíamos otro derby en la capital de Portugal entre Sporting y Benfica. Esta vez no era en liga, sino en Copa de la Liga, esa competición que se inventaron los portugueses para rellenar algunos fines de semana que quedaban libres de competiciones. El Oporto ya había tirado la competición hacía tiempo, así que ahora los dos otros grandes de Portugal serían quienes lucharían por el título.
La final se presentaba como una oportunidad perfecta para que el entrenador español Quique Sánchez Flores consiguiese su primer título en su andanza portuguesa. De paso, el entrenador español podría cubrirse las eslpaldas de cara a la directiva del Benfica, ya que después de invertir una gran cantidad de dinero que contentase al técnico español y sirviese para crear un equipo campeón de liga, el equipo había perdido fuelle en los últimos partidos. Las consecuencias fueron las críticas realizadas desde algunos medios portugueses a las decisiones de Quique, que en la noche del fútbol lisboeta podía silenciar algunos comentarios en contra.
Por su parte, el Sporting, dirigido por Paulo Bento, llegaba envuelto en la polémica. Todo a causa de las goleadas encajadas ante el Bayern en Champions, que destaparon la caja de los truenos e hicieron mucho daño a la entidad leonina.
Primero fueron las amenazas de muerte de los aficionados a los jugadores, y luego las polémicas declaraciones realizadas por Juventude Leonina sobre Miguel Veloso, una de las estrellas del equipo que podría marcharse del conjunto lisboeta este mismo verano.
Por todo ello, podríamos denominar este derby como el derby por la tranquilidad, de aquellos que necesitaban un alivio en forma de victoria que sosegara a sus aficionados y pudiera tapar algunas bocas.
Esa fue quizá una de las causas por las que el partido comenzó muy igualado, con dos equipos que jugaban poco con temor a que les hicieran daño en los primeros compases del encuentro. Si las cosas estaban mal, una derrota con el eterno rival podría causar la debacle en cualquiera de los dos equipos.
Tras el descanso, el Sporting salió en tromba a por el partido desplegando ese fútbol vistoso que saben hacer los leões pese a que tenían la baja de Izmailov por lesión y así como la de Veloso, que finalmente no entró en el equipo. Bruno Pereirinha, la última joya de la fábrica leonina puso el premio para el Sporting con el 1-0. Sin embargo, la garra de los leões se fue difuminando con el paso de los minutos, y el Benfica lo aprovechó.
El equipo de Quique Sánchez Flores comenzó a estirarse con internadas por banda de Di María, que aprovechó los espacios que dejaban los medios del Sporting. Arriba, las aguilas se servían de la velocidad de Reyes y el Hondureño Suazo, con los que dieron grandes problemas a los defensas del Sporting.
La final se presentaba como una oportunidad perfecta para que el entrenador español Quique Sánchez Flores consiguiese su primer título en su andanza portuguesa. De paso, el entrenador español podría cubrirse las eslpaldas de cara a la directiva del Benfica, ya que después de invertir una gran cantidad de dinero que contentase al técnico español y sirviese para crear un equipo campeón de liga, el equipo había perdido fuelle en los últimos partidos. Las consecuencias fueron las críticas realizadas desde algunos medios portugueses a las decisiones de Quique, que en la noche del fútbol lisboeta podía silenciar algunos comentarios en contra.
Por su parte, el Sporting, dirigido por Paulo Bento, llegaba envuelto en la polémica. Todo a causa de las goleadas encajadas ante el Bayern en Champions, que destaparon la caja de los truenos e hicieron mucho daño a la entidad leonina.
Primero fueron las amenazas de muerte de los aficionados a los jugadores, y luego las polémicas declaraciones realizadas por Juventude Leonina sobre Miguel Veloso, una de las estrellas del equipo que podría marcharse del conjunto lisboeta este mismo verano.
Por todo ello, podríamos denominar este derby como el derby por la tranquilidad, de aquellos que necesitaban un alivio en forma de victoria que sosegara a sus aficionados y pudiera tapar algunas bocas.
Esa fue quizá una de las causas por las que el partido comenzó muy igualado, con dos equipos que jugaban poco con temor a que les hicieran daño en los primeros compases del encuentro. Si las cosas estaban mal, una derrota con el eterno rival podría causar la debacle en cualquiera de los dos equipos.
Tras el descanso, el Sporting salió en tromba a por el partido desplegando ese fútbol vistoso que saben hacer los leões pese a que tenían la baja de Izmailov por lesión y así como la de Veloso, que finalmente no entró en el equipo. Bruno Pereirinha, la última joya de la fábrica leonina puso el premio para el Sporting con el 1-0. Sin embargo, la garra de los leões se fue difuminando con el paso de los minutos, y el Benfica lo aprovechó.
El equipo de Quique Sánchez Flores comenzó a estirarse con internadas por banda de Di María, que aprovechó los espacios que dejaban los medios del Sporting. Arriba, las aguilas se servían de la velocidad de Reyes y el Hondureño Suazo, con los que dieron grandes problemas a los defensas del Sporting.
En una jugada aislada, llegó la acción más discutida del partido, un penalti inexistente de Pedro Silva, que tocó el balón con el pecho dentro del área y el árbitro Lucílio Baptista vio mano. José Antonio Reyes ejecutó el penalti y consiguió la igualada para su equipo. En ese momento el partido cambió radicalmente y ambos conjuntos se entregaron para conseguir la victoria.
Finalmente, el partido terminó con empate y la final tuvo que resolverse en la tanda de penaltis. En ella, el portero del Benfica Quim adivinó la dirección del disparo del sportinguista Postiga y Carlos Martins, un ex del Sporting, anotó el penalti decisivo que daba al Benfica la Copa. Con este título, Quique Sánchez Flores logra el primer título de su carrera y quizá la tranquilidad necesaria para continuar con su proyecto en la entidad de las aguilas. Ahora habrá que estar atentos a lo que suceda en el Sporting.
Portugal está de capa caida. Cuando jugadores como Reyes y Martins están en el que se supone el segundo equipo del país, es que algo falla.
ResponderEliminarEsperemos que de sus prolíficas canteras sigan saliendo buenos jugadores, que eviten que el campeonato portugués siga hundiéndose.
Hola!
ResponderEliminarSi, el fútbol portugués no pasa por su mejor momento.
Me alegro por Quique, pero no le veo mucho futuro en el Benfica.
Saludos. Hasta otra.
Sílvia
Que te ha parecido el partido del Valencia??
ResponderEliminarCONTESTAME EN MI BLOG. (SENTIMENTARONJA)
A POR CIERTO MUY BUEN BLOG
SALUDOS
Se le está criticando mucho a Quique, pero bueno, por lo menos ya tiene un título. Que se largue a final de temporada, se merece algo mejor.
ResponderEliminarSaludos!
Me alegro mucho por Quique y su primer título en Lisboa, también me alegro que Valverde haya sido campeón con Olympiakos en su primera temporada en Grecia.
ResponderEliminarSaludos.
http://sentimientoperico.blogspot.com
JAVIER: Más prolífica quizá la cantera del Sporting, que junto a la del Nacional sacó jugadores muy buenos tanto para Portugal como para el extranjero.
ResponderEliminarCARLOS: Creo que tiene una buena oportunidad en el Benfica y no la esta aprovechando del todo. El club gastó muchod dinero en su proyecto y debería ser campeón de liga esta temporada para devolver la confianza que han depositado en él.
SENTIMIENTO PERICO: A Valverde le fueron mejor las cosas aunque no estuvo a buen nivel en UEFA. Suerte con la liga.
Quique Flores necesitaba el título. El Benfica es un grande de Portugal, pero en los úlitmos años el Oporto le supera y eso provoca mucha ansiedad en el equipo lisboeta. Un abrazo.
ResponderEliminarGran triunfo el del Olympiakos de Valverde,fue el gran dominador en la liga y espero dedicarle un post al tema prróximamente.
ResponderEliminar